Carta al señor del frasquito

Sr. del Frasquito:

Como los dos nos dimos cuenta mi truco no dio resultado. Las casualidades de la noche Montevideana nos volvieron a juntar en un recinto bailantero.
Le confieso que no fue de mi agrado su presencia, aunque la misma no impedía mi normal comportamiento, ni alteraba mi feliz deseo de pasar una noche divertida con mis amiguetas. De hecho me gustaría aclararle que fue una noche feliz para mi a pesar de Ud.
Sabe, he aprendido que no puedo pedirle nada. Ud. me lo ha dicho reiteradas veces, me tengo que hacer responsable y no puedo abrumarlo con la pesada carga de mis sentimientos.
Ya no quiero nada con Ud. No lo quiero encontrar por la vida.
Estoy enojada, sigo enojada a pesar de que mis actos de diplomacia lo disimulen.
A mi entender me debe una disculpa, pero como sé que la misma nunca va a llegar me veo en el deber de aclararle que mi enojo sigue intacto y que mis deseos de no verlo son más grandes que nunca.
Ud. me molesta, me hace sentir mal; y si bien no tiene la culpa de eso es bueno que lo sepa, por si en algún momento decide colaborar con mi humilde causa.
Lo que mas triste de todo esto es tener la certeza de que nada de lo que le digo le importa, pero esa aunque no lo crea, es mas carga para Ud. que para mi.
Me despido, dejándole mis respetos y esperando no tener que volver a escribir sobre Ud. nunca más.

La Mala