Dos ollitas. Una con pollo y otra con zapallo.
Hay que dejar hervir.
Después piso el zapallo y corto chiquito el pollo.
Solo una cucharada sopera.
Antes, gelal con una jeringa, sin aguja. Hay que ponerlo en la boca, solo 2 centímetros.
Cada 4 horas....
Así señoras y señores comienza mi fin de semana, no me quejo, digamos que un perro es como un hijo y uno se tiene que hacer cargo (confieso incluso que me gusta, al final quiero mucho a esa bicha)
De todas maneras... aclaro por la enorme cantidad de mail que han llegado que mi perra está mejor. A levantado el animo incluso, ha vuelto a jugar con la pelota.
Me fui de joda a Atlántida, con una amiga, decidimos salir allá.
Hacía bastante que no iba a bailar y hacerlo me hizo recordar porque.
La cosa es que despues de una agitada noche, terminada con una agitada borrachera nos acostamos a dormir. El domingo de mañana arrancó lo que yo llamaría la responsabilidad materna.
Había dejado a mi perra sola, porque mi querida madre se fue a disfrutar de sus últimas vacaciones. Tenía que volver temprano a casa por aquello que les contaba del zapallo.
Medio dormida y medio despierta soñaba con la perra, con que tenia que darle de comer, con que estaba sola, con que si había vomitado y demás.
La culpa es una cosa espantosa. Yo suelo sentirla muy seguido, y es un nudo en el estómago horrible. Les aseguro que pasé por lo menos 2 horas de mi mañana de resaca de domingo sufriendo pensando si ella estaba bien.
Si, tienen razón si me sentía así no tendría que haber salido, no me tenia que ir, pero tb pensé que no era tan grave, que al final tengo derecho a salir, que ella iba a estar bien.
Ahora, después de lo sufrido llego a algunas conclusiones.
1- Nunca vuelvo a salir si la bicha está mal. Es mas lo que sufro que lo que disfruto.
2- No se puede salir en un lugar como Atlántida, que esta lleno de pendejos, donde pasan una música bastante pedorra.
3- Me falta mucho para tener hijos. Yo pienso, si así me comporto con un perro como será con un hijo.
Y después de todo esto, acá estoy, juntando caca naranja, jugando a la pelota, y sin superar la maldita resaca de sábado.
Los años no vienen solos, tb los acompañan los dolores de estómago y de cabeza y la seguridad que si salgo un día no me voy a recuperar hasta dos o tres días después.
lunes, febrero 06, 2006
La responsabilidad materna
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