Bien, acá estoy, viviendo entre cajas, esperando que los amables señores de Acsa apuren el trámite. Es verdad, estoy ansiosa. Y como no estarlo, desde que tengo memoria me quiero ir de mi casa. Me acuerdo de que cuando tenía 15 le juré a mi vieja que a los 18 me iba... tengo 22, y ahora dos semanas más de espera me desesperan.
Ahora, en el medio de todo este quilombo de cosas, mientras revuelvo cajas, cajitas, cajones, mientras tiro pedacitos de pasado, chucherías que uno guarda porque "le da cosita tirarlas", mientras pienso cuanta ropa tengo que regalar, mientras calculo las horas de flete, mientras me repito por lo menos 10 veces por día: "me quiero mudar" mientras pasa todo esto, en algún lugar de mi me siento triste. Lo confieso, cuesta abandonar la casa materna, cuesta irse.
Siempre fui una nena de mamá aunque a veces no lo asumiera, y si bien no cambio mi futura independencia por nada, también siento un poquito de nostalgia. Por suerte, siempre hay un "no prendas la computadora mientras duermo" "apagá la radio" "sacá la basura" "te dejé la luz prendida y no viniste" o "en esta casa no se hacen ciertas cosas" que me recuerdan porque me quiero ir.
martes, febrero 21, 2006
Ya casi por salir
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1 comentario:
Comprendo que la espera te desespera (que cool que me saliò, jaja)..
La independencia es una cosa que esperamos cuando somos mas dependientes..
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